El punto es un signo ortográfico que se usa principalmente como signo de puntuación para marcar el final de un enunciado, párrafo o texto.
Es un signo circular de pequeñas dimensiones (.). Se escribe siempre junto al elemento que lo precede, sea este una palabra, un número o cualquier otro signo, y separado por un espacio del elemento que lo sigue.
El punto debe usarse, por un lado, por una cuestión sintáctica: se emplea para delimitar enunciados y párrafos en un texto.
Pero, por otra parte, el punto también se relaciona el criterio que se emplee para la organización de la información y la agrupación y jerarquización de las ideas en el texto, para que este sea claro y coherente.
En este sentido, el uso del punto también responde al criterio del autor y la forma en que este crea más conveniente o más ajustado a su propósito organizar la información en un texto, según lo que pretende que los lectores interpreten.
El punto, dependiendo del tipo de unidad discursiva que se encuentre delimitando, podrá recibir distintos nombres: punto y seguido, punto y aparte o punto final.
Asimismo, el punto puede usarse como signo de puntuación propiamente dicho o como signo de abreviación (sr. EE.UU., etc.), así como con expresiones numéricas (1.2, 3.).
Tipos de punto
Existen tres tipos de punto dependiendo de su posición en el texto y su función: el punto y seguido, el punto y aparte y el punto final.
Punto y seguido
El punto y seguido es aquel que se escribe al final de un enunciado a continuación del cual, en la misma línea o renglón, se inicia otro enunciado. Es el punto que se utiliza para separar enunciados dentro de un mismo párrafo.
Por ejemplo:
Una historia, cualquiera, se desvanece, pero la vida que ha sido rozada por esa historia queda por toda la eternidad. El recuerdo se borra, pero queda otra cosa en su lugar.
César Aira. Una novela china (1987).
Punto y aparte
Se llama punto y aparte aquel que se pone al final de un párrafo a continuación del cual se inicia otro enunciado en un párrafo nuevo. Es el punto que se usa para separar dos párrafos distintos.
Por ejemplo:
—Nadie me entiende —dijo Esperanto.
Y abrió los ojos.
Y volvió a cerrarlos.
Ahora Esperanto regresaba desde el mismo sueño de siempre pero una cosa era más o menos segura: esta vez no volvía al lugar de costumbre o, por lo menos, a alguno de los posibles lugares de costumbre.
Rodrigo Fresán. Esperanto (1996)
Punto final
Como punto final denominamos aquel que se emplea al final de un escrito o de una división relevante de este, como un capítulo o parte.
Por ejemplo:
No sonaron doce campanadas en las iglesias de París; pero dejó de nevar, y al día siguiente brilló un frío sol.
Carlos Fuentes. Final de la novela Terra nostra (1975)
Vea también Signos de puntuación